MUJERES, CRIATURAS, HOMBRES

Un espacio humano, sexual.
Para conocer y sentir el cuerpo, su sabiduría, la expansión del placer, los ciclos vitales y naturales, la conexión cósmica, y el poder de diosas y dioses de un universo que habita en nuestro interior.

miércoles, 15 de febrero de 2012

MONO(B)LOGUEANDO CON MI SEXO

Queridas tetas, vulva, vagina y útero. Qué podemos decir de nuestra andadura juntas. Cómo nos hemos construido a lo largo de nuestra existencia

Te recuerdo vulva a los 5 ó 6 años, sedosa y redonda, como un albaricoque. Recuerdo cómo te calentabas cuando me ponía objetos contra lo que hoy sé mi clítoris; mientras el resto de la casa pensaba que dormía. También jugaba a embarazadas. Me ponía un osito de peluche blanco entre las piernas y lo sujetaba otra vez con mis bragas (bragas que mi madre inconscientemente me ponía para tapar y afortunadamente yo usaba para complacerme). Me gustaba mucho andar despatarrada, cual preñada a punto de parir, en un estado placentero de gravided que no he alcanzado luego, estando embarazada.

También te recuerdo a ti, útero, a los 8 o 9 años, palpitando cuando veía las piernas y el culo de una amiga y compañera de colegio. Aunque rápidamente pude acallarte. Supongo que a costa de aumentar la lordosis.

Vosotras tetas, fuisteis un mal sueño precoz que duró un buen rato. Cuando las de mis amigas surgieron conseguí olvidaros...

Y tú vagina, extrañada y asustada, a los 11 años, al querer ponerme el primer tampón; y a los 16, cuando empezaste a conocer penes... Y durante demasiados años fuiste el lugar donde se ponían: los tampones, los espéculos e instrumental médico, algún dedo y las pollas. Vivía una vida enfocada a desarrollo profesional; con la pulsión del placer, el deseo, sublimado en el ocio y el sexo genito-coital.

Entonces me preñé. Gesté inconscientemente y parí en casa con dolor una criatura que alumbró mi sombra. Y ya no pude esconderme de mi alma, porque quedó toda iluminada. Y amamantando y retozando se despertaron otros deseos, me palpitó el cuerpo... erais vosotras: mi útero, mis tetas, mi vulva y mi vagina. Y entonces miré a las mujeres. Y encontré grandes co-madres y amigas con las que compartir, complacer y construir. 

Un día tuve la oportunidad de ponerme un espéculo y verme por dentro. Y tú, útero, no me traicionaste. Me mostrarte toda irritada. Y no pude más. Tuve que apostar por mis deseos. Y ahora palpitamos; la irritación ha dejado de existir. Benditos los cuerpos, W.Reich, C.Rodrigáñez, Dra. Northrup, Kropotkin, Einstein, A. Miller, Merelo-Barberá y otrxs que nos recuerdan todo lo que no quieren que veamos, pero que nosotras sentimos. Y sentir otro mundo, y poder vivirlo.

Hoy tetas sois fuente de alimento y calor, avisadoras de la medusa interior y refugio acogedor. Tú vulva eres la frondosa y oculta entrada a la caverna-vagina; bolsillo cálido y húmedo que da paso al tesoro. El útero. Centro de reconocimiento de deseos. Fuente de placer y de riquezas. Puerta de entrada en nuestros cuerpos de la energía terrestre. Lugar de fusión del cuerpo y el alma, la Tierra y el Cielo.


Lilita

1 comentario:

  1. Ayyyyyyyyyy!!! chicas, que bonito todo esto que estamos difundiendo. Vivir según el deseo que gran deseo.
    A ver si me dais algo de bibliografía para leer más sobre la sexualidad en la infancia, estos días hablando con amigos y amigas de por aquí me doy cuenta que tenemos mucho que hablar y destapar
    Os quiero guapas!!!
    moni de fresnedillas.

    ResponderEliminar

Cuentanos!! Nos interesa!!